Su origen se remonta al siglo XVI, una promesa o una manda es lo que hace al penitente a recorrer las calles en via crucis la noche del Jueves Santo. Camina descalzo, en sus hombros lleva un timon de arado atado con una soga de esparto a los brazos desnudos y pecho. en la espalda unas espadas cruzadas, que le sobresalen por encima de la cabeza, lleva puesto una enagua blanca, en la cabeza un velo blanco sujetado por una corona de espinas tapando su cara.
De los Brazos atados, penden un par de vilortas con tres anillas metálicas y una toga, simbolo del crucificado.
El recorrido se desarolla en la oscuridad de la noche en silencio, solo el sonido de las vilortas. Al Empalao le acompaña la figura del Cirineo, que se oculta bajo una manta alumbradole el camino con un farolillo. Uno de los momentos mas impresionantes y esperados de esta penitencia es "El Encuento" cuando se cruzan dos empalaos, ambos se arrodillan en señal de respeto mutuo.